jueves, 5 de enero de 2012

Tendinitis Aquilea o lesión del Tendón de Aquiles

Localización
El tendón de Aquiles es uno de los más potentes y gruesos de nuestro cuerpo, el cual se forma por los músculos:gastrocnemios o gemelos (tiene dos cabezas: la lateral, que se encuentra en el cóndilo lateral del fémur, y la cabeza medial, localizada en la superficie poplítea del fémur, éstos llegan a la parte posterior del calcáneo) y el soleo (parte posterior del peroné llegando igual a la parte posterior del calcáneo).

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Las lesiones pueden presentarse en cualquier momento, causando una incapacidad para realizar nuestras actividades cotidianas. Estas lesiones ya se presentaban anteriormente pero en los últimos años han tenido un incremento.

Causas
La tendinitis aquílea es una inflamación del tendón de Aquiles, un cordón muy resistente que se extiende desde los músculos de la pantorrilla hasta el talón. La tendinitis aquílea se produce cuando la presión ejercida sobre el tendón es mayor que la resistencia del propio tendón. Correr cuesta abajo ejerce una tensión adicional sobre el tendón de Aquiles porque el pie delantero se adelanta más antes de tocar el suelo. Correr cuesta arriba también tensa el tendón porque los músculos de la pantorrilla deben realizar un esfuerzo mayor para subir el talón cuando los dedos se levantan. Una talonera blanda (la parte posterior del calzado que cubre el talón) permite un movimiento excesivo del talón, tensando el tendón de Aquiles de modo desigual, lo que aumenta la probabilidad de desgarro. El calzado con suela rígida que no se dobla en la zona que une los dedos al pie, ejerce mayor tensión sobre el tendón de Aquiles, precisamente antes de que los dedos se levanten del suelo.
Son varios los factores biomecánicos que predisponen a la lesión de este tendón. Entre éstos destacan la rotación excesiva del pie hacia dentro (pronación), el hábito de utilizar demasiado el extremo posterior del talón (revisando el tacón de las zapatillas de deporte se nota dónde está más desgastado), las piernas arqueadas, la excesiva tensión del tendón de los poplíteos y de los músculos de la pantorrilla, los arcos de los pies muy pronunciados, los tendones de Aquiles demasiado tensos y las deformidades del talón.
Síntomas

El tendón de Aquiles está envuelto en una vaina protectora; entre el tendón y su vaina hay una capa delgada de grasa que permite que el tendón se mueva libremente. Cuando el tendón se lesiona, se forman cicatrices entre el mismo y su vaina, haciendo que el tendón tire de la vaina a cada movimiento. De ahí que el movimiento sea doloroso. Seguir caminando o corriendo alivia el dolor porque aumenta la temperatura de la vaina, haciéndola más flexible, de modo que el tendón puede moverse con más libertad. Habitualmente, la presión sobre el tendón también causa dolor.
Si la persona ignora el dolor y sigue corriendo, una cicatriz rígida reemplaza el tendón elástico que dolerá siempre durante el ejercicio, sin posibilidad de curación.


Tratamiento 
Almohadillas de silicona o fieltro elevan el talón, eliminando la presión por el calzado, inyección dentro de la bolsa con un corticoide soluble mezclado con un anestésico local, compresas calientes, ultrasonido y reposo. Cuando esto no funciona se puede proceder a un tratamiento quirúrgico.
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Ruptura del tendón de Aquiles
Es el problema más severo de la pierna, es un rasgado total o parcial que ocurre cuando el tendón es estirado excediendo su capacidad.



Fuentes: http://msd.es/publicaciones/mmerck_hogar/seccion_05/seccion_05_057.html
http://www.efisioterapia.net/articulos/leer.php?id_texto=352

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